Salud

Tratamiento natural para la fibromialgia

La fibromialgia es un síndrome que cursa con dolor en músculos, ligamentos y tendones que afecta a aproximadamente un 4% de la población, con especial incidencia en mujeres.

Está considerada como la tercera enfermedad reumatológica más frecuente, por detrás de la osteoartritis y la artritis reumatoide. En ella el dolor se percibe de forma generalizada y con sensación más dolorosa al presionar en unos puntos específicos.

Los pacientes que sufren fibromialgia perciben como dolorosos estímulos que habitualmente no se perciben como tal.

¿Por qué se produce esta alteración? Pues bien, el origen de la fibromialgia no se conoce con certeza, pero se piensa que hay varios factores implicados. Se cree que contribuyen a que se desencadene factores genéticos y ambientales, y que cualquier situación de estrés físico o emocional puede favorecer su aparición.

Síntomas de la fibromialgia

Las personas con fibromialgia suelen ir al médico con la sensación de que les “duele todo”. La sensación es de un dolor generalizado que puede ocasionar rigidez, sobre todo por las mañanas, hormigueo e inflamación en manos y pies. En otras ocasiones, el paciente refiere quemazón.

Como hemos dicho anteriormente, se suele percibir dolor ante estímulos que habitualmente no son dolorosos y esto es debido a que el umbral del dolor es muy bajo para estos pacientes, y sufren hiperalgesia (sensibilidad muy elevada ante un estímulo doloroso).

A nivel cognitivo se suele experimentar falta de concentración y atención, pérdida de memoria a corto plazo, y mucha lentitud a la hora de procesar información.

Estas personas, debido a las limitaciones que les supone, suelen padecer también ansiedad o depresión. Se estima que alrededor de un 25% de ellas las padecen.

Un 90% padecen fatiga crónica y un 70% trastornos del sueño

La sensación de dolor varía en relación con la hora del día, siendo más intensos por las mañanas o en periodos de estrés.

Además de estos síntomas que acompañan al paciente con fibromialgia, estas personas suelen sufrir otras molestias asociadas a este síndrome, y que varían según cada uno. Algunas de las más frecuentes son: jaquecas, sequedad de boca y ojos, colon irritable, dolor lumbar, dolores menstruales, síndrome de piernas inquietas, mala tolerancia al esfuerzo, palpitaciones y dolor de pecho, espasmos musculares y calambres.

¿Cómo aliviar el dolor de la fibromialgia?

Hoy en día no se conoce una cura para la fibromialgia, aunque existen diferentes teorías de tratamiento tanto farmacológicas como naturales.

El objetivo de los tratamientos es mejorar la calidad de vida del paciente mediante la  disminución de la percepción de dolor y el tratamiento de las posibles enfermedades concomitantes que puedan aparecer a raíz de la fibromialgia.

Se considera muy importante la realización de ejercicio físico suave diariamente, recuperar la flora intestinal mediante una alimentación saludable y la complementación con pre y probióticos (esto ayudará a liberación de serotonina, implicada en los brotes) y procurar tener un sueño reparador.

El tratamiento farmacológico tiene que ser recetado por un médico y suele consistir en la toma de analgésicos y relajantes musculares para reducir parcialmente el dolor y la rigidez muscular.

Alimentos buenos para la fibromialgia

Tal y como venimos diciendo, en la fibromialgia es muy importante mantener una salud gastrointestinal saludable y combatir la inflamación. Para ello, nuestra alimentación tendrá que basarse en productos que puedan no comprometer y restaurar la mucosa intestinal y en aquellos que tengan  propiedades antiinflamatorias. Como no todos los pacientes son iguales ni les afecta la enfermedad de igual modo, convendría diseñar una dieta adecuada a cada uno de ellos.

Así pues, será conveniente incluir en nuestra dieta:

  • Aguacate: Rico en ácidos grasos saludables omega-9, vitaminas C y E y magnesio. Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
  • Chucrut u otras verduras fermentadas: Aportan microorganismos beneficiosos a la flora intestinal.
  • Cúrcuma: Un potente antiinflamatorio natural.
  • Aceite de lino: Ácidos grasos omega-3 de origen vegetal. Rico en EPA y DHA, con poder antiinflamatorio.
  • Frutos secos: Algunos frutos secos como las almendras o los anacardos son ricos en magnesio y ácidos grasos saludables.
  • Pescado azul: Contiene gran cantidad de omega-3, proteínas y Vitamina D.
  • Vegetales crudos: Aportan vitaminas antioxidantes.
  • Manzanas y Cebollas: Son ricas en Quercetina, un compuesto muy antioxidante y antiinflamatorio.

Nuestra alimentación tendrá que basarse en productos que puedan no comprometer y restaurar la mucosa intestinal y en aquellos que tengan propiedades antiinflamatorias.

Alimentos a evitar

De igual forma que hay alimentos que nos benefician, hay otros que debemos evitar. Por supuesto que la ingesta de alimentos ultra procesados que contengan aspartamo y glutamato, así como tomar bebidas con alcohol y azúcares, no es nada recomendable.

Estudios recientes también apuntan a la fructosa como factor desencadenante. De hecho, la mala absorción de la glucosa está relacionada con un déficit de absorción del triptófano, que es el aminoácido esencial indispensable para que el organismo pueda fabricar serotonina.

También sería recomendable cambiar el hábito del consumo de carne roja por carne blanca. Al ser acidificante, produce desmineralización, y esto se traduce en alteraciones en el organismo.

Suplementos recomendados para la fibromialgia

Generalmente, las personas con fibromialgia padecen una pérdida crónica de Calcio y Magnesio, así como de Zinc, Vitamina D, Hierro y Selenio.

En resumen

La fibromialgia es una enfermedad que, hoy por hoy, es crónica y que cursa con brotes. Estos brotes pueden desencadenarse por cambios de tiempo, estados de ánimo, sobreesfuerzos, accidentes…

A pesar de que el impacto que origina en la calidad de vida del paciente puede llegar a ser limitante, la buena noticia es que no produce secuelas físicas ni está comprometida la supervivencia del paciente.

Es muy importante que las personas con fibromialgia puedan comunicar a su entorno cómo se sienten para que ellos entiendan mejor qué es lo que les pasa, de esta forma, junto a la realización de ejercicio y una alimentación saludable, la enfermedad puede hacerse más llevadera.

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